martes, 7 de agosto de 2012

Del origen a la negligencia

Capítulo IV: Del pulque a la virgen
Por Néstor Ramírez, Fernando Martínez Montiel e Isis Reyes Carbajal

Cien años antes de cristo, los toltecas-chichimecas de Cholula,  plasman en sus pinturas sus fiestas, sus rituales y sus ceremonias. Actualmente la fotografía sirve para dejar plasmadas las mismas fiestas, los mismos rituales y las mismas ceremonias, veinte siglos después de cristo. Sin embargo ya no son iguales, el sincretismo está presente en estas tradiciones, de una manera muy fuerte, y en las puramente cholultecas la ignorancia de sus raíces parece no preocuparle a la gente mientras de festejar se trate.
Uno de los murales más representativos es el de “La fiesta del pulque”. “Dos franjas dividen a la sociedad pobre con la sociedad rica, esta ultima usa mascaras. Es una celebración religiosa a la fecundidad, a la vida y a parte de la cosecha. Al realizar el ritual se toma una bebida embriagante conocida como el néctar de los dioses: el pulque. Durante la celebración, se embriagan, y al final del mural, completamente ebrios; se quitan la mascara (la sociedad rica) y se mezcla con la pobre en el festejo, creyendo más en la embriagues espiritual, para conectar con los dioses, que en la física.” Así lo describe el guía Jesús Felipe.
Tras la conquista española, fueron muchos los franciscanos encargados de “evangelizar” a los indígenas. Diversos relatos en las cartas enviadas a España relatan el asombro de las fiestas y de los rituales que se realizaban en el “nuevo mundo”. Fray Bernardino de Sahagún, relata que le parecía increíble que en la ciudad de Cholula esta fiesta fuera de las más importantes, esperadas y emblemáticas entre sus habitantes; a comparación de Tenochtitlan (dónde también había acudido a su misión) donde emborracharse se penalizaba con fuertes castigos físicos que podían incluso causar la muerte al infractor, en ciertas instancias ese exceso era lícito para los ancianos y los guerreros.
Fue esta fiesta la única que sobrevivió a la sincretización, pero que se fue deformando en la medida que algunos solo la festejan por diversión, sin conocer todo el ritual y su significado. Actualmente, “la fiesta de los bebedores de pulque o fiesta del pueblo” se celebra el último lunes de marzo, llamado la Tlahuanquis en el zócalo de San Andrés; donde alrededor de cien danzantes realizan el ritual para, al final, disfrutar del “néctar de los dioses” o pulque como la gran mayoría lo conoce. En una nota publicada en el periódico La Jornada de Oriente el día 11 de abril de 2011, la señora Margarita Tlapa, investigadora de la UNAM, detalla que el fin de esta fiesta no es emborracharse literalmente, sino emborracharse espiritualmente, pedir por una buena cosecha y por los difuntos que hicieron un cargo durante el festejo de San Pedro de Animas.
A mucha gente, ante esta festividad, se le podría llamar Tozcli sin ningún problema (conejo, borracho, torpe o briago; utilizado como ofensa a quienes ven tomando en estas comunidades), pues aunque en la celebración formal se necesite danzar y tener la intención de “la embriagues espiritual” esto se ha convertido en un negocio de venta de pulque a turistas y uno que otro locatario que guste de la bebida. Leonardo, locatario de 47 años comenta, “Creo que a la gente le importa más festejar, sea cual sea el motivo, para olvidarse de los problemas. Conocer el origen de las fiestas es importante, pero no cambiaría en nada la participación de la gente. No podemos regresar a una religión cuando la católica ha sobrevivido por mucho tiempo.”
Y es que, tal como aparece el tlacuache en las artesanías elaboradas por los toltecas para esta ceremonia; vestido elegantemente, formal y místico, tras beber y quedar ebrio se despoja de toda su elegancia para aparecer “hasta atrás” del artefacto, así mismo jóvenes, turistas y danzantes terminan la celebración donde la respuesta a la pregunta de si se embriagaron espiritualmente para conectar con los dioses, queda a la deriva. 
No todas las festividades han nacido en la cultura de los toltecas, y no todas son festejadas con ignorancia sobre la misma. Una de las festividades más icónicas y que respaldan lo mencionado es “La danza de la conquista” celebrada por la mañana del sábado 21 de marzo y el domingo 22; en la que se representa la sincretización, matanza e imposición durante la conquista de los españoles. El sincretismo religioso es un proceso, generalmente espontáneo, consecuencia de los intercambios culturales sucedidos entre los diversos pueblos. Es un proceso en el que se intenta superar una situación de crisis cultural producida por la colisión de dos o más tradiciones religiosas diferentes. Es un intento por conseguir que dos o más tradiciones culturales diferentes sean capaces de crear un ámbito de cohabitación en armonía. Su característica principal es que se realiza a través de la mezcla de los productos culturales de las tradiciones coincidentes. Lo que caracteriza al sincretismo utilizado en el México prehispánico fue la violencia e imposición para evangelizar a los indígenas.
“La danza de la conquista”, la representa un grupo de danzantes vestidos como los antiguos pobladores de Mesoamérica quienes danzan con la intención de absorber energías, no sólo de quienes presencian el acto, sino de los antiguos pobladores asesinados. Hace algunos años, un famoso etnógrafo se dedicó a estudiar la identidad mexicana en muchas de sus expresiones, su nombre fue Guillermo Bonfil Batalla (autor del libro "Cholula, la ciudad sagrada en la era industrial”). Bonfil Batalla filmó, en los años sesenta, un extraordinario documental titulado "El es Dios". En dicho documental retrata la vida y las actividades rituales de los llamados "Danzantes de conquista", mejor conocidos como "concheros".
Los orígenes de esta celebración no se remontan tanto como lo es “la fiesta de los bebedores de pulque”. La tradición conchera se originó en el estado de Querétaro, luego de la conquista española. Cuenta la leyenda que un 25 de julio de 1531 en el Cerro de Sangremal, los chichimecas establecieron la paz con los españoles. Se dice que durante una contienda entre ambos bandos, hubo un eclipse solar, en ese momento apareció en el cielo una cruz que resplandecía luces blancas y rojas, junto a la cruz se pudo observar la imagen de Santiago Apóstol. En ese momento, sorprendidos, los chichimecas dejaron la lucha y aceptaron recibir el evangelio. En el lugar se colocó una cruz y los chichimecas danzaron a su alrededor gritando "el es Dios". En Cholula, fueron estos danzantes quienes coordinaron los rituales matutinos del equinoccio. Se trata de un producto derivado del movimiento de "mexicanidad" que se originó en los setentas.
En la actualidad, Cholula cuenta con un grupo de danzantes concheros. Originalmente fue el señor Manuel Tlatoa quien dirigió dicho grupo como "primera palabra", el abogado Cesáreo Noriega (segunda palabra) junto con su familia, se han dedicado a continuar la tradición. Lamentablemente, la mesa de concheros de esta ciudad se ha debilitado por diferentes causas, por lo que Aleida, Roberto e Irene Noriega Papaqui, todos, hijos de Cesáreo Noriega y su esposa Socorro Papaqui, se están dando a la tarea de restablecer la tradición. Entre sus objetivos está atraer nuevos miembros al grupo y prepararse para las fiestas del 7 y 8 de septiembre en esta ciudad. Aleida es dentista de profesión, Irene es abogada, Roberto es doctor en Física; se trata de tres jóvenes con preparación académica y con un gran amor por las tradiciones antiguas y por esta ciudad. Perece que estuviéramos ante una reactivación de las tradiciones, y una transformación de las mismas. Toda tradición es un proceso en continua transformación.
De las dos celebraciones mencionadas, la más antigua y que los antiguos Cholultecas ya festejaban, es la “fiesta del pueblo”. “La danza de la conquista” es una tradición en la que los cholultecas muestran que no han olvidado sus raíces. Pero la celebración que mas peso tiene en la ciudad de las 365 iglesias, no es ni siquiera una celebración nacida de los antepasados de éstos, sino que es una tradición meramente católica.
De acuerdo a Luis Javier Román Moya, del portal Mariología.com, la imagen de Los Remedios, es una advocación mariana colocada en el templo en 1594, por la orden de San Francisco. La imagen fue traída a territorio mexicano por Fray Martín de Valencia, uno de los doce primeros misioneros que llegaron a terreno novohispano. Tallada en madera, sobre su cabeza descansa una corona y aureola de oro, su manto es de forma triangular, la imagen original no tenía las nubes con que ahora cuenta, en la base como símbolo del triunfo de María sobre el demonio, se observa un mundo rodeado por una serpiente, misma que es pisada por la imagen.
La festividad anual de los Remedios es en el mes de septiembre, sin embargo una de las tradiciones con arraigo por los habitantes es la llamada “bajada de la virgen”.
La imagen es transportada desde su santuario original, por todos los templos del municipio, con lo que lleva a cabo un recorrido que concluye en septiembre, cuando se transporta desde el convento de San Francisco, a los pies de la pirámide, hasta el santuario nuevamente en la procesión de los candiles.
La pirámide de Cholula es la zona  más compleja que tenemos en este país; porque todas las demás están afuera y ésta es la única que tiene un templo arriba, y es un templo vivo (pues no es museo). El templo, es el santuario dedicado a la santa patrona del lugar: la Virgen de los Remedios, y es por eso que tiene mucha actividad. Según informa el tesorero Fabian Jiménez, “la actividad de la capilla es impresionante; tiene 7 vírgenes viajeras, porque hay veces que baja a tres diferentes lugares en un mismo tiempo. En total cuenta como más de 40 bajadas al año a los diferentes pueblos que están inscritos en esta bajada. A Cholula baja en mayo y noviembre tres veces, por dos cuestiones epidémicas (las cuales se cree que la Virgen eliminó) y ya después se quedo por tradición.”
“La bajada de la virgen” es un recorrido que se realiza por los diez distintos barrios de Cholula, es una especie de ritual para traer abundancia y prosperidad a cada barrio y la importancia que se le da a estas actividades es masiva y muy importante para los cholultecas, poniéndola por encima de las demás festividades. Al haber 10 barrios, casi todos los días se baja a la virgen, diario se escuchan cohetes como señal de estas “pequeñas festividades”. La mayoría de la gente acude, dándole la gran importancia, a las bajadas por los usos y las costumbres realizadas generaciones tras generaciones, pero sin conocer el valor histórico y la representación evangelista que conlleva. Cuando realizan las bajadas no saben, literalmente, la historia que se encuentra bajo sus pies.
Tras preguntar a diversas personas que realizaban una bajada el día en que se acudió a Cholula, ¿Por qué celebra la fiesta? Respondían que porque sus papás, sus abuelos, sus tíos y sus familiares en general, siempre lo han hecho, pero desconocen el significado real al bajar a la Virgen por los barrios. “La tradición prehispánica convive con la tradición religiosa, con la de los mayordomos; y no hay día que no haya una misa, bajada o subida. Por lo mismo es muy compleja la situación. Cholula vive todos los días tradiciones. Además Cholula no tiene 365 iglesias, todo es un mito que se deriva por las escrituras de varios historiadores; por ejemplo, Hernán Cortez escribió que vio más de 400 templos torreados, y ante esto se mencionó que existían tantos asentamientos como días tiene el año.” Informa Fabián Jiménez.
Las mayordomías, en donde se nombran a las autoridades encargadas de la bajada de la virgen, nacen de los primeros barrios antes de la llegada de los españoles. “Hay diez barrios; antiguamente la Cholula prehispánica tenia cinco barrios y de ahí salen otros cinco. Cada barrio tiene diferentes cargos para llegar a ser mayordomo. Todos tienen algunas cosas en común y sus propias fiestas. El barrio de María Xixitla  es muy importante y complejo. Para llegar a ser mayordomo de barrio se tiene que llegar hacer varias mayordomías o cargos anteriores. Un niño es el mayordomo en Xixitla, ya que sus padres son los que realizan el catecismo. Al llegar los franciscanos, empiezan a observar que se tienen muchas tradiciones y costumbres, entonces las empiezan a emparejar con el calendario católico para hacer más fácil el cambio de religión. Por ejemplo, El “altepeihuit” es “la fiesta del pueblo”, y en el calendario ceremonial estaba entre julio y agosto. Diez barrios y tresmayordomías circulares son las que ponderan, estas cuidan los templos principales de todos: el santuario de nuestra señora de los remedios, que está arriba del tlachihualtepec; y la capilla real o de naturales que está en el complejo franciscano. En 1640 reordeno la iglesia toda esa situación de ubicación. La custodia del santuario de nuestra señora de los remedios está a cargo de los franciscanos.” Aporta el director de ProCholula Fabián Jiménez.
Esta festividad opaca a las demás que se realizan en la ciudad. La gente, actualmente concibe la religión católica como la única y, por tradiciones, se efectúan los rituales dentro de sus cánones más que los que derivan de las propias raíces cholultecas.

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